Entre los edificios públicos destaca por encima del resto la Iglesia, referente arquitectónico-artístico del pueblo. Su construcción data de la primera mitad de la década de los 60.
La iglesia se dispone en una única nave, acompañada en un lateral por el baptisterio y una capilla. Al fondo, un presbiterio de grandes dimensiones preside el espacio y recibe luz cenital por el cambio de cubierta. En el lateral se sitúa un coro de importantes dimensiones, organizado en grada.
La fachada remata asimétricamente con el campanario, esbelto, que sobresale por encima del resto de edificios del pueblo, un hito en el paisaje. Se trata de una torre de unos 30 metros de altura, conformada por tres muros de obra vista y una fina losa de hormigón con barandillas metálicas para la escalera.
Una estructura de remate de hierro soporta las campanas, con un carácter casi industrial. El campanario se recorta contra el vacío para acentuar su esbeltez. De esta forma, se erige como símbolo del pueblo, identificable desde la lejanía.